La vida es una aventura que requiere entendimiento para seguir el camino de la naturaleza, tomando pasos sin humillar el camino de los demás, practicando el arte de la conversación sana y sabia, sin notar los defectos de los demás, porque de otra forma, las acciones negativas generan conflictos y dejan marcados a la humanidad.

¿No crees que es más bonito poder reconocer y prestar atención, observando la imaginación y el corazón de los demás?

Esto nos da libertad de ser un gran ejemplo de unión con las personas, porque el ser humano busca naturalmente sentir esta fusión sin sentirse rechazado.

Reflexionemos, cuando hemos logrado conectar con las personas a un nivel profundo, esto se convierte en una relación que es más poderosa que cualquier nudo amarrado, porque es una entrega de espíritu, esencia y energía.

Dios, el universo infinito como el Tao, nos lleva en el camino de la verdad para que mantengamos una virtud genuina y enseñar sin tener que forzar físicamente a nadie a comprender que todo está en el presente momento, apreciando a todos y todas las cosas al mismo tiempo, y así como estudiantes y maestros que somos todos, poder ver lo admirable y sagrado que somos, porque son estas valiosas enseñanzas de la vida, que nos llevan a sentir el verdadero amor universal por nuestra majestuosa humanidad, que nos da el don de reconocer que hasta el mismo ser humano que despreciamos, es un ser que simboliza ciertas apariencias de la unidad mayor que igualmente, somos nosotros mismos.