El mundo en que vivimos es algo tan sagrado, que debemos de aprender a respetar y agradecer, sin controlar o manipular sus cambios para poder ser una gran semilla de apoyo a la humanidad, y dejar que todo fluya igual como los cambios de la naturaleza.
Observemos la madre tierra, como brilla en medio de sus mismos cambios, nos habla con gritos de alegría al despertar cada día, nos demuestra sus cambios en las tempestades, y con su delicadeza va tomando los pasos de transición, simplemente es una gran maestra que nos enseña a comprender los cambios y reconocer que, en medio de todas las cosas, ella siempre encuentra un equilibrio.
Debemos de optar una buena actitud positiva de agradecimientos constante para poder reconocer que los cambios siempre son grandiosas bendiciones en nuestra vida.
Nuestro creador como el Tao, nos enseña a que por medio de nuestras propias experiencias de vida, maduremos para que tengamos la capacidad de elegir una buena actitud hacia los cambios, porque nos ayuda a ajustar este proceso con el tiempo a través de una manera consciente y prudente.
Reflexionemos, si nos resistimos a los cambios, la vida nos llevará en el camino con muchos obstáculos, pero si realmente y en su profundidad, somos conscientes y agradecidos con la vida, podemos lograr ver el significado detrás de los cambios y el camino de nuestra vida se convertirá en un proceso de transformación armonioso, que nos da el regalo de un crecimiento espiritual y recompensa con la misma vida, porque a través de la bondad, hemos logrado imitar el mismo balance de la naturaleza, y no nos dejamos llevar por los impulsos soberbios de nuestro ego.
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